El deber de ser feliz

Ser feliz como deber me parece la mayor de las tristezas, me parece como firmar el contrato de tu amor, o huir de la soledad bañándose en un gentío ajeno a la luz interrumpida de tus ojos, es el paradigma de huir hacia delante, creo que queda claro que no hablo de regocijarse en la angustia, ni tallarle un busto al desahogo, solo hablo del derecho a sentir de forma natural, sin compromisos ni obligación, hablo de que hay que darse una vuelta por ese oscuro salón de ventanales amarillentos y opacos que es el desánimo, para conocer poco a poco sus rincones y saber de que manera tranquila y sosegada se descorren esas cortinas... y poco a poco y sin ordenes castrenses del cerebro al corazón, este ultimo va dejándose invadir por el reflejo de esa luz imbatible de media mañana, y la sonrisa se dibuja sola , sin la necesidad de grapársela a la cara.

La tristeza es un gato rencoroso o un agujero traicionero, al que a veces hay que hacerle un par de mimos para que te conozca o bajar poco a poco para no caer un dia de sorpresa y romperse los huesos.....

Si no nadaste nunca en una marejada como un dia vas a poder nadar para salir de la tempestad? No es mejor conocer como se comporta el mar?

No luche usted.... fluya..... no se haga pared fuerte permanentemente , ha de saber que la lengua siempre resiste mas que los dientes...