jueves, abril 05, 2007

Muere el silencio

Muere el silencio en el grito inaudible de una virgen , en el de un dios solitario que intenta remendar con su hilo incomprensible, las heridas abiertas de esta tierra, por el que no cesa este derrame obstinado de almas al abismo, y por el mismo surco se cuela esa sensación de vació, que esconde nuestras almas de avestruz, en peluquerías, colas de trafico, estancos, concesionarios, quimeras delirantes, burdeles del desvarío, que nos hace interrumpir la fotosíntesis de esta flor de última esperanza, que se marchita a fotogramas en mis pequeñas manos y en las manos de todos los quedamos por hoy todavía, sin colarnos por la herida abierta.

Soy una flor abortada en el vórtice de un tiempo innecesario, añadido, fugaz, en el que araño con mi pequeña mano las verdades inventadas por los hombres, y parecen muñecos de extrañas muecas al mirarlas como absorto, mientras corro hacia atrás desde mi cama que es un desierto interminable de dunas y de dudas, verdades seguras de su certeza fija, de mi mirada breve, o de mi edad insegura. Flor de un segundo, ni virgen ni abatida, ni torpe ni brillante, flor de una vida gastada en un instante de densa incomprensión. Flor de una guerra, flor de un tratado, rosa en la boca del fusil de un ruiseñor. Miran los hombres entre sus dedos, rozan la sangre del esplendor, y ante el poder venden su anhelo, y ante sus ojos muere la voz, mueren los gritos de los pequeños, sordos clamores, ciego rumor, nacen las flores muertas de tiempo, mueren las camas, muere el amor.
Escuela y Esqualo Duets.

Receta Vital

Agarrar el tiempo y retorcerlo hasta obtener el jugo necesario, no dejar reposar , servirlo al momento y beberlo sin modales , de for...