Teoria de la risa

Tu voz se derrama a media tarde en mi oído hospitalario, borbotones de brisa humana inundan los pabellones auditivos, repletos de glándulas y huesecillos, que aplauden agradecidos el importado espectáculo. De repente la membrana timpánica es una fiesta mayor, y todo se llena de guirnaldas y farolillos, es tanto el agrado del público que se ha visto levantarse al yunque para pedirle baile al martillo, algo inaudito me han dicho, y la jarana es tal que llega hasta los oídos del encargado de la trompa, Eustaquio, de semblante serio aunque un poco charlatán, el cual entra en acción para chafardear lo que se cuece en el sistema auricular, la música de verbena mezclada con el eco de tu voz, se cuela entonces por la trompa como un viento feroz que avanza deprisa, y el sonido resultante que silva por la faringe, dicen algunos que se llama risa.